Salí de San Fernando con una buena contractura en las cervicales y un fuerte viento de levante que harían un viaje duro hasta Morón. A mitad de camino a causa del dolor de la contractura empezó a dormírseme el brazo izquierdo con el consiguiente dolor en el mismo.
El levante me acompañó hasta pasado Jerez y desde el Cuervo a Morón calor, mucha calor y llegué por los pelos a mi casa ya que al pasar por el Palmar de Troya vi la puerta de la Basílica abierta y allí que me entraron ganas de apuntarme a la congregación y disfrutar del frescor.
Al llegar a casa de mi madre, los primero que hice fue dejar la moto lista para el lunes que me esperaba una buena tirada hasta Vigo y por supuesto aprovechar esos dos días para recuperarme.
Esperando al lunes. |
A las 5 en punto ya estaba pertrechado y con la moto arrancada para partir. Para ser la hora que era e ir en moto, la temperatura era idónea, no se tenía ninguna sensación térmica y nadie por la carretera.
Al llegar a Sevilla y cruzar el rio refrescó bastante por la humedad y conforme iba subiendo para el Ronquillo y Santa Olalla la temperatura bajaba hasta tener frio, todo hay que decirlo, iba con la chaqueta de verano sin forro y camiseta manga corta.
Como se lee en entradas anteriores en el blog, el día no comienza al 100% hasta que no se toma uno un buen café y si se le puede sumar un mollete con aceite y tomate ya estamos listos para lo que nos echen encima.
Salirse de la A-66 a esas horas e intentar desayunar el cualquier pueblo es difícil porque desde que desviaron el tráfico están muertos a esas horas. Con lo dicho, busqué un área de servicio y el primero que me encontré fue el del Culebrín, justo pasado Santa Olalla.
El Culebrín. |
La cosa era ahorrar en el viaje y comprar por el camino una barra de pan y alguna lata para hacerme un bocata pero sin cuchillo iba un poco mal, así que utilicé la misma técnica que usé con Yago en una de nuestras escapadas a Vigo, robar el cuchillo del desayuno.
Guardado en el baúl. |
Eran las 7:11 de la mañana y ya se tenía buena visibilidad que invitaba a dar una buena tirada de kilómetros hasta Plasencia, donde tenía que entrar a sellar el pasaporte de la Ruta de la Plata, el primer sello del mismo ya que a las horas que pasé por los otros pueblos, las oficinas de turismos estaban cerradas.
La oficina de turismos se encontraba en un antiguo convento de Santa Clara, el personal muy agradable que me invitó a visitar la ciudad, prometiéndoles que la visitaría a la vuela cuando viniese Sonia.
Catedral. |
Plaza de la Catedral. |
Ayuntamiento. |
Oficina de turismo. |
El siguiente pueblo era Hervás, con la errata en el pasaporte de la dirección de la oficina de turismo y me clavaron 1,20€ por un café, como si estuviésemos en un pub de moda en el paseo marítimo de Cádiz.
Alameda peatonal de Hervás. |
De Baños a Béjar si se va con tiempo hay que subir por las curvas, son muy buenas para ir en moto, a Jorge le puse los dientes largos cuando le dije que iba a subir por esa carretera.
En Béjar encontré rápido la oficina de turismo pero daba la casualidad que los lunes cerraban por descanso de personal, ya sabéis, en Béjar no hay turismo los lunes, cerrado por descanso, jajajaja. A la vuelta pararemos, sellaremos y visitaremos la ciudad junto a su plaza de toro, la más antigua de España.
Continué mi viaje parando en la estación de servicio la Maya, en la provincia de Salamanca, llenar hasta los topes y no parar hasta Zamora, siguiente punto de sellado. Como aveciné al principio, la media subió a 6 litros por disfrutar de carreteras con buenas curvas. Aquí tuve suerte porque en el ticket de pagar la gasolina me aparece diésel en lugar de gasolina 95, me cobraron el litro a 0,98€ en lugar de los 1,08€. A título informativo, en Castilla y León este verano el combustible mucho más barato que en Andalucía, Extremadura y Galicia, cerca de 10 céntimos el litro.
Ya no paré más hasta la entrada en Zamora, una gran desconocida para mi y que me sorprendió gratamente, otro sitio que he de conocer a la vuelta más detenidamente, preciosa. Os pongo dos fotos, una de su puente romano sobre el rio Duero y la otra una panorámica aunque no se aprecie mucho porque estaba parado en un semáforo y saqué el móvil rápido.
Puente romano sobre rio Duero. |
Al lado de la oficina de turismo había una terraza que me invitaba a sentarme y tomarme una coca cola fresquita, menudo calor estaba pasando a esas horas del día. Aproveché para llamar a Jorge y decirle que para las 17:45 fuese pidiendo unas cervezas fresquitas que las necesitaría al llegar.
Se apreciaba el cansancio. |
Continué el viaje hasta Tábara que paré a volver a llenar el depósito y así no tener que parar hasta Vigo, bueno, eso pensaba yo pero nooooo, tuve que parar otra vez, apareció el dolo de cervicales y entrando en la provincia de Orense estábamos a 40º, quien me lo iba a decir a mi, pasar calor en Galicia.
Pasado Verín tuve que hacer otra parada para tomar un café con hielo, una botella de agua helada y estirar las cervicales que me estaban matando, aún quedaban 140km hasta el final del destino.
La foto echada desde el suelo, allí me tiré a descansar. |
Aumenté un poco el ritmo, sólo un poco y me una horita estaba en el sitio, con la moto metida en el garaje de Sonia.
Merecido descanso. |
y el segundo y el tercero y el cuarto, Jorge se tomó tres claritas yo perdí la cuenta.
Se terminó el viaje cansado y sin ningún percance, esperando salir otro día pero eso será dentro de dos o tres, ahora a recuperarse de los 1000kms.
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