jueves, 11 de agosto de 2016

Cádiz - Vigo el 08 de Agosto del 2016

Se puede decir que el viaje lo haría en dos partes, la primera y más corta hasta Morón para salir de allí en un par de días hacia Vigo y disfrutar de la compañía de mi familia.
Salí de San Fernando con una buena contractura en las cervicales y un fuerte viento de levante que harían un viaje duro hasta Morón. A mitad de camino a causa del dolor de la contractura empezó a dormírseme el brazo izquierdo con el consiguiente dolor en el mismo.
El levante me acompañó hasta pasado Jerez y desde el Cuervo a Morón calor, mucha calor y llegué por los pelos a mi casa ya que al pasar por el Palmar de Troya vi la puerta de la Basílica abierta y allí que me entraron ganas de apuntarme a la congregación y disfrutar del frescor.
Al llegar a casa de mi madre, los primero que hice fue dejar la moto lista para el lunes que me esperaba una buena tirada hasta Vigo y por supuesto aprovechar esos dos días para recuperarme.

Esperando al lunes.
La mañana del lunes comenzó bastante temprano, a las 4:45 ya estaba sonando el despertador, mi idea era que cuando despuntara el sol y comenzasen las altas temperaturas, pillarme lo más al norte posible pero ese día no erré en la planificación del viaje y sus horas, erré en cambiarla a mitad de camino para disfrutar de las curvas. Mi idea era llegar para la hora de comer pero Sonia trabajaba y estaría solo la mayor parte de la tarde.
A las 5 en punto ya estaba pertrechado y con la moto arrancada para partir. Para ser la hora que era e ir en moto, la temperatura era idónea, no se tenía ninguna sensación térmica y nadie por la carretera.
Al llegar a Sevilla y cruzar el rio refrescó bastante por la humedad y conforme iba subiendo para el Ronquillo  y Santa Olalla la temperatura bajaba hasta tener frio, todo hay que decirlo, iba con la chaqueta de verano sin forro y camiseta manga corta.
Como se lee en entradas anteriores en el blog, el día no comienza al 100% hasta que no se toma uno un buen café y si se le puede sumar un mollete con aceite y tomate ya estamos listos para lo que nos echen encima.
Salirse de la A-66 a esas horas e intentar desayunar el cualquier pueblo es difícil porque desde que desviaron el tráfico están muertos a esas horas. Con lo dicho, busqué un área de servicio y el primero que me encontré fue el del Culebrín, justo pasado Santa Olalla.

El Culebrín.
 Parado llamé a Sonia para decirle que ya estaba en camino y poner unos buenos días en el grupo y molestarlos un poco para que no se me acomoden a esas horas. Había bastante gente en la cafetería pero no tardaron en atenderme, café con leche y mollete con aceite y tomate.
La cosa era ahorrar en el viaje y comprar por el camino una barra de pan y alguna lata para hacerme un bocata pero sin cuchillo iba un poco mal, así que utilicé la misma técnica que usé con Yago en una de nuestras escapadas a Vigo, robar el cuchillo del desayuno.

Guardado en el baúl.
Con las pilas cargadas y el cuchillo en el baúl me volvía a poner en ruta hasta la siguiente gasolinera Cepsa, el cheque descuento del Carrefour es el cheque descuento. En Calzadilla de los Barros llené el depósito y me llevé una grata sorpresa al sacarle sólo de media 5 litros a los 100 pero eso cambiaría más adelante porque decidiría meterme por la  antigua N-630.
Eran las 7:11 de la mañana y ya se tenía buena visibilidad que invitaba a dar una buena tirada de kilómetros hasta Plasencia, donde tenía que entrar a sellar el pasaporte de la Ruta de la Plata, el primer sello del mismo ya que a las horas que pasé por los otros pueblos, las oficinas de turismos estaban cerradas.
La oficina de turismos se encontraba en un antiguo convento de Santa Clara, el personal muy agradable que me invitó a visitar la ciudad, prometiéndoles que la visitaría a la vuela cuando viniese Sonia.

Catedral.

Plaza de la Catedral.

Ayuntamiento.

Oficina de turismo.
Como dije antes, al salir de Plasencia me decanté por la antigua N-630 y disfrutar de sus curvas, tenía tiempo de sobra. Las primeras curvas a la salida de la ciudad son muy buenas pero han rallado la carretera para que las motos no se tumben, nada más que intentas tumbarte un poco tienes una sensación rara e intentas tomas las curvas sin tumbar.
El siguiente pueblo era Hervás, con la errata en el pasaporte de la dirección de la oficina de turismo y me clavaron 1,20€ por un café, como si estuviésemos en un pub de moda en el paseo marítimo de Cádiz.

Alameda peatonal de Hervás.
Siguiente pueblo en sellar era Baños de Montemayor donde la oficina estaba justo frente a la entrada del balneario y aquí tuve una anécdota. En la oficina de turismo me atendió un perroflauta, esos que están de moda ahora, y muy educado me selló el pasaporte y me preguntó por mi procedencia, detrás de mi estaba un matrimonio mayor y me eché a un lado para que los atendiese mientras yo guardaba pasaporte y recogía casco. Los trató con la misma educación y las mismas preguntas a lo que responde el matrimonio, somos de Vizcaya, el perroflauta con mucha confianza suelta, perfecto, de Cantabria, a lo que le marido le dice, noooo, de Euskadi, ya me conocéis y sabéis que no puedo estar con la boca cerrada y le digo al chaval, no me digas, tu eres el enchufado del alcalde, no?, ahí me salí sin esperar respuesta, jajajajajajja.
De Baños a Béjar si se va con tiempo hay que subir por las curvas, son muy buenas para ir en moto, a Jorge le puse los dientes largos cuando le dije que iba a subir por esa carretera.
En Béjar encontré rápido la oficina de turismo pero daba la casualidad que los lunes cerraban por descanso de personal, ya sabéis, en Béjar no hay turismo los lunes, cerrado por descanso, jajajaja. A la vuelta pararemos, sellaremos y visitaremos la ciudad junto a su plaza de toro, la más antigua de España.
Continué mi viaje parando en la estación de servicio la Maya, en la provincia de Salamanca, llenar hasta los topes y no parar hasta Zamora, siguiente punto de sellado. Como aveciné al principio, la media subió a 6 litros por disfrutar de carreteras con buenas curvas. Aquí tuve suerte porque en el ticket de pagar la gasolina me aparece diésel en lugar de gasolina 95, me cobraron el litro a 0,98€ en lugar de los 1,08€. A título informativo, en Castilla y León este verano el combustible mucho más barato que en Andalucía, Extremadura y Galicia, cerca de 10 céntimos el litro.
Ya no paré más hasta la entrada en Zamora, una gran desconocida para mi y que me sorprendió gratamente, otro sitio que he de conocer a la vuelta más detenidamente, preciosa. Os pongo dos fotos, una de su puente romano sobre el rio Duero y la otra una panorámica aunque no se aprecie mucho porque estaba parado en un semáforo y saqué el móvil rápido.

Puente romano sobre rio Duero.


Al lado de la oficina de turismo había una terraza que me invitaba a sentarme y tomarme una coca cola fresquita, menudo calor estaba pasando a esas horas del día. Aproveché para llamar a Jorge y decirle que para las 17:45 fuese pidiendo unas cervezas fresquitas que las necesitaría al llegar.

Se apreciaba el cansancio.

Continué el viaje hasta Tábara que paré a volver a llenar el depósito y así no tener que parar hasta Vigo, bueno, eso pensaba yo pero nooooo, tuve que parar otra vez, apareció el dolo de cervicales y entrando en la provincia de Orense estábamos a 40º, quien me lo iba a decir a mi, pasar calor en Galicia.
Pasado Verín tuve que hacer otra parada para tomar un café con hielo, una botella de agua helada y estirar las cervicales que me estaban matando, aún quedaban 140km hasta el final del destino.

La foto echada desde el suelo, allí me tiré a descansar.
Antes de continuar le envié mensaje a Jorge para que fuese pidiendo las cervezas y hacer como los ciclistas, bajarme y beber, jajajajajaja.
Aumenté un poco el ritmo, sólo un poco y me una horita estaba en el sitio, con la moto metida en el garaje de Sonia.

Merecido descanso.
Al final el que tuvo que tener las cervezas preparadas para Jorge fui yo, llegué 15 minutos antes de lo acordado, pero que bien me sentó el primer botellín.


y el segundo y el tercero y el cuarto, Jorge se tomó tres claritas yo perdí la cuenta.
Se terminó el viaje cansado y sin ningún percance, esperando salir otro día pero eso será dentro de dos o tres, ahora a recuperarse de los 1000kms.


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