A la mañana siguiente fui hasta la jefatura de la policía local a recoger la moto, estuve un rato hablando con el turno de mañana y me estuvieron informando de los nuevos casos de COVID que estaban apareciendo en Lérida pero que no influía en la ruta que tenía planificada.
Con la ruta grabada en el GPS y la moto cargada me dirigí hasta Cabo Creus para dar comienzo la transpirenaica, casi 900 kilómetros de curvas y míticos puertos de montaña, tanto por el Tour de Francia como por sus estaciones de esquí.
Cuenta la leyenda que Pirene, la hija más hermosa del dios Tubal dueño de las tierras donde habitaba, nombró a su hermosa hija guardiana de las aguas y de los bosques. Pirene vivió en los bosques disfrutando de toda la naturaleza que la rodeaba.
Un día, Hércules pasó por esos bosques cuando se dirigía a realizar unas de las doce tareas que le fueron encomendadas por su primo. Hércules y Pirene se enamoraron nada más verse, quedándose un tiempo juntos hasta que Hércules decidió abandonar a Pirene y continuar con su viaje.
Los rumores de la belleza de la hija de Tubal llegarón a oídos de Gerión, el monstruo de tres cabezas que fue a buscarla. Pirene aún enamorada de Hércules rechazó a Gerión y éste cegado de odio prendió fuego a los bosques donde habitaba la enamorada.
La noticia llegó a Hércules mediante un pájaro que lo vio todo y corrió a socorrer a su amada pero la encontró sin vida. Destrozado por la pérdida, Hércules decidió enterrarla de una manera que todos la admirasen en la eternidad y comenzó a colocar piedras sobre el cuerpo sin vida de su amada hasta llegar a formar una cordillera que llevó su nombre, LOS PIRINEOS.
La carretera hasta Cabo Creus muy divertida por sus curvas salvo por el último tramo que el firme dejaba mucho que desear.
El Cabo Creus es el punto más oriental de la Península Ibérica situado en el Golfo de Rosas. Es un promontorio abrupto y rocoso de 672 metros sobre el nivel del mar Mediterraneo en la provincia de Gerona. El paraje que lo rodea fue declarado Parque Natural en 1998 por su riqueza geológica.
Oficialmente comenzada la ruta, me dirigí al primer pueblo de la lista, Cadaqués. En la playa de este pueblo llenaría una botella de agua pequeña que vaciaría en el mar Cantábrico al finalizar la ruta en faro Higuer.
Cadaqués es el pueblo más oriental de la Península cuyo término municipal ocupa la mayor parte del Cabo de Creus. La economía del pueblo se basa en la pesca y permaneció prácticamente incomunicado por tierra hasta finales del siglo XIX.
En el siglo XIX fueron famosas sus industrias de salazón, destacando como producto estrella la anchoa de Cadaqués, es obligada su parada para la degustación de esas delicatessen.
La familia de Salvador Dalí poseía una casa en la localidad para pasar la temporada estival, donde el famoso pintor surrealista pasó bastante tiempo de su vida, recibiendo visitas de numerosos artistas internacionales.
Con los deberes hechos puse rumbo al Monasterio de San Pedro de la Roda, en el término municipal de Puerto de la Selva. De la carretera de subida omito mis impresiones ya que sería muy monótono repetir lo mismo, para disfrutar de sus curvas.
Construido en la falda de la montaña de Verdera por debajo de las ruinas del castillo de San Salvador de Verdera.
Su mayor esplendor lo tuvo en el siglo X, convirtiéndose en el espiritual del condado de Ampurias. En 1022 se consagró la nueva iglesia, reconstruida después en el siglo XII, siendo el elemento mejor conservado hasta nuestros días.
Al salir del monasterio, a los pocos kilómetros entraría en territorio francés, donde estaría la mayor parte del día hasta llegar a Campodrón donde tenía reservado un iglú de madera.
El primer día de Pirineos con mucha calor, fui preparado con chaqueta de invierno por la altitud y frío pero hasta ese mismo día me sobraba, ya veríamos en los días venideros.
El primer puerto de montaña con el que me encontré en territorio francés con 1185 metros de altitud era el Col de la Seille.
Conforme cruzaba los primeros pueblos de la ruta me estuve fijando que la parte alta de las chimeneas tenían imágenes un tanto curiosas que más tarde pregunté al guarda jurado del camping y éste me explicó su significado.
Pues esas curiosas figuras con espantabruxas, tallados en un tipo de roca ligera y porosa, comúnmente con un orificio en el centro para que el viento silbase a su paso.
A lo largo de los Pirineos me encontré con varios tipos de espantabruxas pero tres eran los más comunes.
Se cuenta que cada noche los brujos y brujas recorren cada noche las calles de los pueblos haciendo conjuros y maldaus, de aquí la necesidad de proteger los hogares. Las puertas estaban bien cuidadas por las cardinchas y otros símbolos como las religadas, pero era necesario encontrar una solución para la salida de humos de la chimenea que quedaban permanentemente abierto. Así es como nacen estos espantabruxas que con su variedad de formas alejaban a los seres malignos de la noche.
Al llegar a Campodrón fui directo al camping, al día siguiente visitaría el pueblo antes de continuar el viaje.
Campodrón tiene su origen en el monasterio de San Pedro y en el mercado construido por Ramón Berenguer III en el año 1118. En esta localidad podemos encontrar el puente nuevo sobre el río Ter, del siglo XII y por el cual se accedía a la villa.
Bien temprano cargue las maletas en la moto y salí a hacer kilómetros, aunque eran pocos, las carreteras no invitaban a correr demasiado, primero por las curvas y segundo que hace que no disfrutes de los paisajes.
Nada más salir de Campodrón comencé a subir a la collada de Toses a 1790 metros de altitud, donde estuve un rato hablando con unos moteros que hacían la misma ruta pero del revés.
Siguiente pueblo que visité y aproveche para tomar café era Llívia, un curioso enclave en suelo francés por uno de esos enredos históricos.
En el tratado de los Pirineos de 1659 que puso fin a la Guerra de los Treinta Años, España entregó a Francia 33 pueblos de esta comarca pero Llívia se excluyó de este tratado al tener el título de villa concedido por Carlos V.
Cerca de esta localidad, Aníbal cruzo los Pirineos con sus tropas y elefantes en busca de la conquista de Roma en el siglo III a.C.
La farmacia de Llívia es famosa por ser considerada la más antigua de Europa pero en la actualidad es un museo que al ser domingo mi visita estaba cerrada pero aún tenía en la puerta los precintos rotos porque era un centro para votar la independencia.
La siguiente parada sería Andorra, pero antes habría que subir otro puerto de montaña, en esa ocasión el Cantó con 1720 metros.
Mejor dicho dos puertos porque dentro del principado tenía el de Soldeu, en invierno una estación de esquí.
La calor hacía mella, en Andorra sólo paré para repostar y comer un bocadillo, aún me quedaban unos cuantos kilómetros para llegar al destino.
Parada en Seu de Urgel para visitar su catedral. Es una de las ciudades más interesantes del Pirineo catalán, los íberos se asentaron en estas tierras atraídos por las fértiles llanuras regadas por los ríos Segres y Valira.
Sede del antiguo condado de Urgel hasta 1314, el mercado se estableció en 1029, en tiempos del conde Ermengol II y su feria en 1048 por su hijo Ermengol III.
En Sort la parada era obligatoria para comprar unos décimos pero como me pasó en Llívia, era domingo y la administración estaba cerrada a cal y canto.
Ya sólo me quedaba la recta final para terminar a etapa del día pero la carretera muy divertida junto al curso del río Noguera Pallaresa. A mitad de camino encontré un claro donde estirar las piernas un poco, beber agua y sacar un poco el dron a volar.
Después de un rato disfrutando de la tranquilidad que ofrecía el lugar puse rumbo hasta el hotel, que marcaba en el mapa como la Guingueta pero se encontraba unos pocos kilómetros pasado este pueblo, exactamente en Esterri de Aneu.
A la llegada al hotel me encontré con un campamento de verano, el mismo hotel era el alojamiento de los niños, peligraba mi descanso pero quien dijo miedo.
En recepción me informaron que pidiese allí mismo la tarjeta de entrada al spa. Subí los bártulos a la habitación que especificando no era una habitación, era un apartamento con su cocina y salón pero eso era lo de menos, me puse el bañador rápido y baje al spa que para mi sorpresa, estaba vacío, todo para mi solito.
Cansado del spa subía a la habitación para ducharme y salir a cenar algo por el pueblo.
El pueblo con poco menos de 800 habitantes tenía su calle principal bastante concurrida. Me senté en una terraza, pedí una cerveza bien fría y una de bravas que me supieron a gloria.
A la mañana siguiente me levanté como nuevo, el spa y la buena cama me cargaron las pilas que falta me harían en ese día, iba a atravesar los puerto más altos de los Pirineos y con dos compañeras, lluvia y niebla.
El primer puerto del día la Bonaigua con 2072 metros de altitud y una subida espectacular.
En este puerto se encuentra la estación de esquí de Baqueira Beret con su pueblo que se creó a raíz de la estación y con una población permanente de unos 100 habitantes.
Al entrar en Francia comenzó la niebla que me acompañaría ese día hasta Lourdes. La lluvia tardaría un poco más en apararecer..
En este punto del viaje me alegraba de llevar la chaqueta de invierno pero sólo me alegré ese día, el resto estuve arrepintiéndome de haberla llevado.
El siguiente puerto sería el famoso Tourmalet, localizado en el centro de los pirineos y con una altura de 2115 metros. Conocido por el paso del Tour de Francia desde 1910.
Tourmalet significa camino de mal retorno, pues imaginaros con niebla y lluvia.
En la parte superior del puerto nos encontramos con un monolito homenaje a Jacques Goodet, director del Tour de 1936 a 1987 y una gran estatua de Octave Lapize como pionero en su ascensión en el Tour.
Me cobraron 4€ por una taza de chocolate, caro siiii, pero hubiese pagado hasta 5€, sería por el frío o porque estaba riquísimo que me sentó de maravilla.
El bocata lo devoré al bajar el Tourmalet y aproveché para volar un poco el dron.
El siguiente puerto sería el de Soulor con 1474 metros de altitud pero con una carretera de bajada que sales de ésta fogueado para otras y encima con niebla y lluvia, en primera marcha, despacito y algunos tramos guiándome por el GPS porque la niebla me impedía ver. El ancho de la misma no era muy allá, me crucé con dos coches y teníamos que maniobrar para poder pasar y de los quitamiedos, de eso nada de nada y en los tramos que había te llegaban a la rodilla.
Terminada la bajada del puerto, la carretera hasta Lourdes sería una vía rápida, a buen ritmo me encajé en poco tiempo a la puerta de la basílica.
Lourdes es uno de los lugares de peregrinación más importante y que acoge cada año unos 3´5 millones de personas de unos 140 países pero este año como se puede apreciar en las fotos no se llegará a esa cifra.
En el año 1858 se produjeron las apariciones marianas más importantes de la historia,. Todo se desarrolló en la gruta de Massabielle, donde la virgen se apareció a Bernadette Saubirous de 14 años de edad.
En el recinto nos encontramos con la gruta de la aparición, la basílica del Rosario, basílica de San Pío X y la basílica de Inmaculada Concepción.
Antes de marcharme fui a poner velas, para mi puse 50€ en velas para que obre el milagro y me quite la plomillazo, el resto de las velas por seres allegados.
Esa noche y la siguiente la pasaría en Jaca, conocería la ciudad y el día de "descanso" lo aprovecharía para conocer algunos pueblos de la provincia y la estación internacional de Canfanc.
Jaca es la ciudad más animada de los Pirineos y cuenta con su catedral románica, una de las primeras de este estilo de la Península.
El Museo Diocesano de Jaca exhibe una de las mejores colecciones de pintura medieval del mundo.
La Cuidadela fue construida en el reinado de Felipe II y diseñada para responder eficazmente a los ataques de artillería. En el interior de la Ciudadela nos encontramos con un museo de miniaturas medievales, el ayuntamiento de estilo renacentista y varias iglesias.
A la mañana siguiente la ruta sería por la provincia de Huesca, a las 18.00 tenía entrada para la visita guiada de la estación de Canfranc.
Sin madrugar mucho me puse en camino de Boltaña, primer pueblo de la ruta de ese día.
Boltaña se encuentra en el valle del río Ara y con una población de unuos 1000 habitantes mantiene su arquitectura tradicional intacta. En la parte más alta del pueblo, y hay que subir bastante a pie, doy fe de ello, casco, chaqueta y el calor que comenzaba a despuntar, nos encontramos con los restos de su castillo del siglo XI y una ermita.
Aunque el día lo tomaba de "descanso" de la transpirenaica, me iba a meter 427 kilómetros, de descanso nada de nada.
El siguiente pueblo era Ainsa, que se emplaza sobre la confluencia de los ríos Cinca y Ara. Pueblo formado por dos calles paralelas, calle Mayor y la calle Santa Cruz, la plaza Mayor que se sitúa a continuación del castillo, situado en una explanada próximo a la cruz cubierta.
La cruz cubierta es un templete donde la leyenda sitúa el milagro de la aparición de la cruz de fuego sobre una carrasca (encina) que dio la victoria a las tropas cristianas del rey García Jiménez.
La llegada a Alquézar la tenía más o menos prevista para antes de la comida pero hice dos paradas antes que no estaban previstas.
La primera en Samitier, una aldea de 5 habitantes con una torre muy bonita junto al cementerio. Allí aproveché y estuve un rato hablando con un pastor, me estuvo contado curiosidades del lugar y que este año había llovido mucho.
La segunda parada la haría en el santuario de Torreciudad, que se encuetra a 24 kilómetros de Barbastro, lugar de nacimiento de José María Escrivá, fundador del Opus Dei y en 1975 fundó el nuevo santuario.
Con las dos paradas anteriores llegué a Alquézar a la hora de comer, tuve suerte y donde dejé la moto había un olivo que me proporcionó la sombra adecuada hasta para echarme una siesta pero... tenía que continuar, el tiempo lo tenía justo.
Alquézar (alcázar) significa fortaleza y fue construida por Jalaf Ibn Rasid en el siglo IX. Originalmente la villa tenía tres arcos de entrada pero en la actualidad solo se conserva uno.
Se dice que en Alquézar surgió el barranquismo en los años 80 de mano de unos franceses y unos belgas.
En las fachadas de las casas nos encontramos con patas de jabalí como símbolo de protección.
El pasador de Casa Lailla tiene el suelo tan pulido que se le conoce como la "eslizaera" y ha sido utilizada por muchas generaciones como tobogán.
El tiempo se me echaba encima, aún me quedaba por visitar el castillo de Loarre, Ansó y la visita guiada a la estación de Canfranc pero tendría que sacrificar Ansó y dejarlo para otro año como el monasterio de San Juan de la Peña, poco tiempo y mucho que visitar.
El castillo de Loarre es un castillo románico, desde su posición tiene el control de la llanura de la Hoya de Huesca y en particular Bolea, principal plaza musulmana de la zona.
Construido en el siglo XI presenta un buen estado de conservación, denominándolo Monumento Nacional en 1906.
El castillo fue protagonista del rodaje de la película "El Reino de los Cielos" en 2005, protagonizada por Orlando Bloom, Eva Green y Liam Neeson.
En la serie "El Ministerio del Tiempo" hace de cárcel.
Con la entrada al castillo se podía visitar la iglesia del pueblo pero como bien dije antes, el tiempo lo llevaba en mi contra y tenía más interés en ver la estación de Canfranc.
Llegué con tiempo de comerme un helado delante de la estación antes de empezar la visita y ya empezaba mal la misma, nos reunimos allí unos cuantos visitantes y porque salió el guía de la visita anterior indicándonos que comenzaba en la puerta del Ayuntamiento. Preguntamos y hasta allí que nos dirigimos todo el grupo.
Actualmente la estación ofrece servicios de media distancia operado por RENFE. Hasta 1970 ofrecía conexión con Francia pero estas se interrumpieron por el descarrilamiento de un mercancías derrumbando parte del puente de L'Estanquet.
La estación comenzó a construirse en 1915 tras la Primera Guerra Mundial y finalizándose en 1925, se inauguró en 1928 por Alfonso XIII.
La mitad de la estación era francesa y la otra mitad española, la propia estación funcionaba como aduana.
Durante la Guerra Civil, la estación fue controlada por el bando Nacional, siendo tapiado el túnel que la unía con Francia para evitar cualquier tipo de incursión.
Durante la Segunda Guerra Mundial, con la llegada del ejército Nazi supuso el cierre de tráfico de pasajeros. por Canfranc transitaban los trenes que transportaban wolframio que Alemania utilizaba para reforzar el blindaje de los carros de combate y a cambio España recibía toneladas de oro procedentes de Suiza.
La visita fue una vergüenza, llevaba mucho tiempo esperando visitar la estación y cuando tuve la oportunidad resultó ser un engaño por parte de la oficina de turismo de Canfranc. Sólo nos enseñaron el recibidor que estaba en obras, unos obreros colocando unas cristaleras con su correspondiente ruido, lógico, están trabajando así que no se escuchaba al guía. Los expositores de fotografías amontonados en una esquina, las taquillas desmontadas, vamos que podrían ahorrarse la visita o cobrarla. Las fotos del vagón y de la galería en obras es porque pasé del guía y me fui a echar fotos por mi cuenta.
Temprano me metí en cama, al día siguiente tenía que salir temprano, terminar la transpirenaica e ir hasta Cientruénigo, a unos 23 kms de Tudela.
El último día parte del camino lo compartiría con peregrinos o eso creía yo, con el COVID estaba todo vacío.
En Roncesvalles nos encontramos con el hospital de Peregrinos fundado por el obispo de Pamplona en el siglo XVI, llegándose a repartir 25.000 raciones de comida al año entre los peregrinos.
La capilla de Santi Spiritus, conocida también como Silo de Carlomagno ya que se supone que en su interior están enterrados soldados de la batalla del 778.
El siguiente pueblo San Juan Pie de Puerto, con una carretera muy divertida y que se encuentra junto al río Nive. En este pueblo se puede visitar la ciudadela, la prisión del obispo y la puerta de Santiago.
La siguiente parada sería en España, en la zona que llaman la selva negra española y con toda la razón.
Zugarramurdi, os sonará de la película española de hace unos años, mala con dolor, como casi todo el cine español, pero la culpa es los que las subvencionan.
Zugarramurdi se encuetra en el valle del Batzan, su nombre evoca tiempos de mágia y akelarres. A escasos minutos de la localidad tenemos la famosa cueva que es conocida por celebrarse en su interior los akelarres o reuniones de brujas.
Por esta causa, en el siglo XVI fueron ajusticiadas por la inquisición 16 mujeres. El antiguo hospital del pueblo acoge el museo de las brujas.
El siguiente pueblo es más famoso por la trilogía de Dolores Redondo, la trilogía del Batzán, recomiendo que la leáis y si sois más flojos, están las películas, ahí lo dejo.
Bueno, el pueblo se llama Eliozondo, dividido por el río Bidasoa y formado por casas señoriales y un casco antiguo donde perduran el recuerdo de enfrentamientos fronterizos.
La siguiente parada ya sería el final de la transpirenaica, casi 900 kilómetros de curvas, paisajes bonitos y una experiencia única. El cabo Higuer.
Vaciada la botella de agua en el Cantábrico, puse rumbo a Cientruénigo que aún me quedaban 200 kilómetros de ruta directa hasta casa de mis amigos Guía y José, pero no sin antes parar en Hondarribia a echar unas fotos.
Al día siguiente lo tomaría de descanso antes de empezar la bajada a Cádiz pero José tenía una Benelli trk 502 y quería enseñarme parte de Navarra junto con Olite y su castillo, pero eso en la próxima entrada que esta ya es bastante larga.
Espléndido, algo largo si que ha quedado, como bien has adelantado tú mismo, pero ilustrativo y entretenido. Aún me queda la duda de si vas a comentar la anécdota de la botella de agua de mar en Cadaqués... espero que en la próxima entrada, jejeje. Un saludo, y sigue así.
ResponderEliminarVuelves a impresionar, es fabuloso. Un poquito largo, pero muy entretenido. Me encanta la referencia a la mitología, y nuestra historia . Sigue así, con tus curvas y recuerdos. Pero el milagro de Lourdes, lo veo Complicado.. Jajajaja
ResponderEliminarEso pensé yo mismo cuando daba los 50€ en velas, jajajaja, que era un dinero mal tirado porque mi plomillazo ya no tiene cura.
EliminarBuenisimo, me ha encantado. Tanto la cronica del viaje como las imagenes ilustradas con su leyenda incluida me han hecho pasar un buen rato muy entretenido, gracias Cristrobal por compartir 👌✌️
ResponderEliminarGracias a ti por leerlo. Con vuestras palabras animáis a seguir viajando y escribiendo.
EliminarMenuda ruta guapa Cristóbal!!! Tengo muchas ganas de hacerla, pero no el tiempo suficiente.
ResponderEliminarYa te cogeré tus apuntes para cuando me surja un paréntesis...
Saludetesssssssss