lunes, 29 de agosto de 2016

Las Médulas el 20 de Agosto de 2016

Después del Palacio de Canedo, tomamos la N-120 dirección a Monforte de Lemos para desviarnos dirección a las Médulas.
Aparcamos la moto a la entrada del pueblo y fuimos caminando hasta el centro de recepción de visitantes. El pueblo es típico de la zona del Bierzo, que vive del turismo que se acerca a visitar las minas.



Desde el centro de recepción de visitantes salen por la tarde dos visitas guiadas, a las 17:00 y 17:30, nosotros teníamos intención de llegar a la primera y así fue, a las 16:30 estábamos con las entradas y sentando en la sala de audiovisuales viendo un pequeño documental sobre el yacimiento.
El precio de la visita guiada era como en el Palacio de Canedo, 3€ por cabeza pero esta vez no iríamos en el trolebus, iríamos a patita, exactamente 3 horas caminando pero merece la pena, llevaba mucho años con las ganas de visitar este paraje.

Las entradas.
Las Médulas es una antigua explotación romana de oro y situada en el Bierzo como dije antes. Está considerada la mayor mina a cielo abierto de todo el Imperio Romano pero hemos de puntualizar que era un yacimiento pobre ya que para la cantidad de tierra que se movió sólo se obtuvo unos 5000 kilos de oro.
El trabajo de ingeniería que se efectuó para obtener la anterior cantidad de oro supuso una alteración del medio ambiente pero 2000 años después tenemos un paisaje de arenas rojizas cubierto con robles y castaños que en 1997 fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
















¡¡¡Una intrusa en la foto!!!



En el entorno que hoy conocemos se daban unas series de circunstancias favorables para la extracción del oro: eran tierras de alubión con oro en polvo, había abundante agua y suficiente pendiente para utilizar su fuerza hidráulica con sus suaves pendientes hacia el Sil para el desagüe.
El agua de los riachuelos de la montaña se canalizaba y almacenaba en la parte superior de la explotación, donde se encuentra en la actualidad el mirador de Orellans. La montaña se ramificaba en su interior por una cuidadosa red de galerías muy pendientes, soltando el agua a través de ellas. La fuerza del agua deshacía la montaña y arrastraba la tierra auríferas (con oro) hasta los lavaderos que en la actualidad es el lago de Carucedo. El sistema hidráulica de las Médulas es el más espectacular de los conocidos por la cantidad de agua utilizada, la longitud y el gran número de ramificaciones de sus canales.
Actualmente se conoce todo ese trazado y visitable con la compañía de un guía. En su origen, en el interior de las galerías una persona no podía ponerse de pie por la poca altura que tenían y en las fotos se puede apreciar con el paso de los años la erosión ha hecho mella en las pocas galerías que quedan.












Desde el interior de una galería.




Un recuerdo para la eternidad.
Terminada la visita a la zona de la explotación minera, fuimos al mirador de Orellans para apreciar la magnitud y altura de la montaña hace 2000 años.
Abandonada la explotación en el siglo III, la vegetación autóctona fue adueñendose del lugar: robles, escobas, carquesa, encinas y carrascas. A la misma vez se desarrolló el cultivo del castaño, del que que se pueden ver algunos ejemplares, centenarios. Todo ese surgimiento de la vegetación dio paso a un entorno espectacular caracterizado por las formas del terreno.


Sólo hay que imaginar la tierra que falta para hacerse una idea.
Montañas que proveían el agua del deshielo para la explotación.
Terminada la visita, fuimos a por la moto y dirección al hostal con las zapatillas de deporte rojas por el polvo de la explotación.
Esa noche teníamos cena familiar con la tía de Sonia, había que adecentarse un poco y después descansar para el siguiente día de ruta.

domingo, 28 de agosto de 2016

Visita al Palacio de Canedo el 20 de Agosto del 2016

Ya en Ponferrada y bajados de la moto, lo mejor del hostal es que tenía cafetería y antes de decirle al paisano que regentaba el negocio que teníamos una reserva, lo primero es lo primero, pedí un botellín bien frío para reponer sales minerales.
En hostal se llamaba Monteclaro y está situado en un barriada a las afueras de Ponferrada, en Fuentesnuevas, y todo muy curioso porque sin yo saberlo, en esa misma calle donde reservé el hostal sin que Sonia supiese nada de nada, nació su abuela y pasó muchos veranos cuando era una niña y en la actualidad vive una prima suya. Vamos que di en el clavo.
Barato, limpio, cómodo y con el desayuno incluido en el precio no era para sacarle más a la situación pero los parroquianos de la cafetería eran permanentes allí, llegásemos a la hora que llegásemos, estaban los mismos.




Los que más nos llamó la atención del hostal era la recepción, sobre el mostrador una amplia variedad de revistas del corazón para leer, cosa que no he visto en ningún NH o Meliá y la cabina telefónica, no de los años del Cuéntame pero si de los del destape.

Imaginaros a Fernando Esteso al teléfono.
Instalados ya y sin las maletas, pusimos rumbo al Palacio de Canedo en la localidad de Arganza. Pegaba bien el lorenzo pero como esa tarde íbamos a caminar bastante, las botas las dejamos en el hostal, íbamos en zapatillas de deporte.






 El Palacio es una gran casona situada en Canedo, término municipal de Arganza que data del siglo XVIII y formaba parte del Señorío de Canedo.
En la actualidad es propiedad del empresario José Luis Prada, más conocido como Prada a Tope, el cual tuvo que restaurarlo debido al estado de abandono que se encontraba al formalizar la compra.




Cuenta con un gran viñedo en la parte delantera y al cual con el paso de los años ha ido ampliando con la compra de los viñedos que rodeaban el Palacio.
En la actualidad el Palacio no tiene un uso exclusivo al mundo del vino, también ofrece la posiblidad de alojamiento, restauración y celebraciones.
En la tienda de la bodega se nos ofrecía la posibilidad de recorrer las viñas por 3€ por cabeza y soy partidario de que si se dispone de poco tiempo, es de apuntarse este tipo de excursiones y dejarse llevar.

Troncobus, no inspiraba confianza.
Nuestro guía se llamaba Pedro, un chaval simpático que trabajaba en las viñas los días de diario y los fines de semana en los eventos concertados con el palacio.
A esas horas de la tarde sólo íbamos los tres en ese invento raro, Pedro conduciendo y Sonia y yo detrás admirando el paisaje y atentos a las explicaciones.







Buenísimas.
Sonia atenta a Pedro.
Una curiosidad, al principio de cada fila de parras había un rosal plantado y su función no es otra que al ser una explotación ecológica y no usar productos químicos sin necesidad de ello, el rosal enferma siempre unos 25 días antes que las parras por lo cual les da tiempo de tratar la producción del agente patógeno antes de perder la producción.

Recepción y tienda.

De vuelta en recepción y pagada la excursión, volvimos a la carretera para ir al plato fuerte del día, las Médulas.