Ruta verano 2017.

Este año las vacaciones las hemos disfrutado partidas en lugar de hacerla de manera continua como en años anteriores y a título personal puedo decir que cunden más los días ya que desconectas lo justo y vuelves al trabajo. Esta semana que yo estaría en Vigo, Sonia trabajaría hasta el jueves ya que el viernes era el día previsto para comenzar el viaje de vuelta a Cádiz. A la semana siguiente, ella estaría disfrutando de sus vacaciones y yo en el curro.
Para no faltar a la costumbre salí de madrugada camino de Vigo, a las 5:15 para ser más exacto y cuando empezase a apretar el Lorenzo estar pasada Salamanca. En un principio no tenía pensado subir en la moto pero Sonia me animó a hacerlo ya que siempre a la vuelta siempre paramos en una de las ciudades de la Ruta de la Plata para hacer noche y conocerla.
El desayuno lo hice en la venta Pata de Gallo que está en la N-IV antes de llegar a Dos Hermanas que el cuerpo pedía también su gasolina. De tantas veces como he subido por esa carretera, las paradas para repostar están fijadas pero no para los cafés, así que esta vez me paré en un bar motero de Cañaveral, provincia de Cáceres para tomar el segundo café del día.
La comida la retrasé hasta Bodas de Tábara, Zamora, en una gasolinera que hay a la salida del pueblo. Pegué la moto al bordillo para dejarla a la sombra y no molestar a los coches que querían repostar. Sólo servían bocadillos fríos, así que Coca-Cola y bocata de salchichón ibérico. No me hizo mucha gracia lo del bocadillo frío y por no buscar otro sitio accedí al de salchichón, llevándome una grata sorpresa, muy buen embutido, bastante cantidad y un bocadillo grande, quedé saciado.

Parada para comer

Con la moto arrancada y listo para salir, metí primera, suelto embrague poco a poco, acelero y noto un fuerte golpe en la moto por la parte trasera lado derecho y era que casi nunca llevo las maletas laterales, sólo para estos viajes largos y le di un trompazo bueno al arcón del hielo, dejé los cubitos listos para hacer mojito.
Al llegar a Mondariz me fijé en la parte del golpe y estaba doblado el herraje de la maleta junto con el estribo pero al volver del viaje la comparé con la de Jorgete y nada, la suya esta igual, no le hice nada a la moto.
No se me hizo muy pesado el viaje hasta Mondariz como otras veces y eso que circulé más por nacional.

Destino final

Os preguntareis la razón de no ir a Vigo y parar en Mondariz, pues muy sencilla, los padres de Sonia tienen una casa rural en Pías, una aldea junto a Mondariz. Un remanso de tranquilidad que hace que se desconecte de todo y regresar a la civilización con las pilas cargadas. Ya sólo por el desayuno merece la pena quedarse a pasar una noche. www.casadaspias.com
El sábado quedamos con Hugo y Magaly para tomar café y de camino nos escapamos Hugo y yo a hacer una rutita hasta Ribadavia, refresco en la plaza del pueblo y vuelta a Mondariz.
La siguiente salida sería por la carretera PO-552 de la costa desde Bayona hasta La Guardia y subida a Santa Tecla.
Nada más salir de Bayona paramos en Cabo Silleiro, junto al mar para admirar las islas Cíes a lo lejos.

Otra perspectiva de las islas.

Hechas las fotos de rigor nos dirigimos al pueblo pesquero de Oya cuyo origen va de la mano del monasterio del mismo nombre construido en el siglo XII, con orígenes de incógnitas y leyendas sobre su historia.

Entrada al monasterio de Oya

Los monjes que habitaban en el monasterio introdujeron en la zona la cría caballar en estado de libertad y ha derivado en la actualidad en un espectáculo internacional que perdura desde antaño "A rapa das bestas". También introdujeron el cultivo de la vid y que hoy en día conocemos como D.O. Rias Baixas.
Los monjes se ganaron el nombre de "monjes guerreros" en el año 1624 al hundir cinco bajeles turcos y poner en fuga a otros tantos que frecuentaban saqueando la zona, este hecho coincide con el de mayor esplendor del monasterio.
Con la desamortización de Mendizábal se provoca el abandono del monasterio en 1835. En 1910, los Jesuitas son expulsados de Portugal y alquilan el monasterio al Obispado de Tuy para usarlo como colegio. En 1932 los jesuitas dejan el monasterio por orden del gobierno de la 2ª República.
Durante la Guerra Civil el monasterio fue utilizado como cárcel, alojando en sus celdas presos de la zona de levante aún se pueden apreciar en sus paredes inscripciones hechas por ellos.
Terminada la Guerra Civil, el monasterio vuelve a ser abandonado hasta la actualidad que es propiedad de una Sociedad Anónima que espera los permisos pertinentes para comenzar las obras de restauración y convertirlo en un hotel de cuatro estrellas. Como todo en este país, vendemos nuestro patrimonio al mejor postor.
Paseamos por las calles del pueblo, parando a tomar un café frente al mar y disfrutando de las vistas.

Las vistas de la terraza

Continuamos hasta la Guardia y subimos el monte de Santa Tecla, pasando del peaje sin soltar un euro y menos cuando paras a ver el castro que hay en la subida y te das cuenta que sólo le explican en gallego, un poco de cada dura, no?

Todo en gallego

El monte tiene una altura de 341 metros y desde su cima se divisa la desembocadura del río Miño, montes de Galicia y Portugal.

El Miño y Portugal

En 1914 se encontró un poblado celta con mas de 2000 años y que podemos visitar una vivienda reconstruida típica de los castros gallegos.

Restos del asentamiento

Vivienda reconstruida

Antes de llegar a la cima nos encontramos con la iglesia de Santa Tecla del siglo XII.
En lo alto tenemos un museo con las piezas encontradas en las excavaciones del castro y un restaurante con mirador, se puede seguir subiendo para disfrutar de unas vistas impresionates.

Portugal al fondo

La Guardia

El Miño

La vuelta fue directa hasta Vigo y en los días siguientes hasta el viernes que era cuando teníamos pensado bajar, se usó para preparar el viaje, comprar un litro de aceite que necesitaba la moto, buscar hotel en Zamora, y mirar sitios de interés.
El viernes salíamos de Vigo dirección Zamora pero antes tendríamos que hacer una parada en Casa das Pías para instalar una televisión en una de sus habitaciones, pocas casas rurales pueden presumir de tener smart TV en sus habitaciones como las tiene Casa das Pías 4.0.
Después de montar la televisión tomamos rumbo a Zamora por la nacional para ir disfrutando de pueblo por pueblo hasta que paramos en Xinzo de Lima a comer un bocata.

Preparando el bocata

Saciados y listos para seguir

La bajada a Verín y parar a lamentar lo que cada año azota esta zona, los incendios forestales, una lástima.

Ambiente desolador

Antes de entrar en Verín decidimos subir al su castillo, castillo de Monterrey, en la actualidad Parador Nacional. Castillo edificado en el siglo XII, adquiriendo rápidamente un gran valor estratégico al encontrase junto a la frontera con Portugal y en la frontera del reino de Galicia.
La zona aledaña al castillo es muy bonita, con calles y casas antiguas que merecen la pena grabar y antes de entrar en esas calles, paré para colocar cámara en el casco, con la mala suerte que la puse a grabar antes de ponerme el casco y cuando estábamos listos volví a darle otra vez al botón, dejando la cámara en pausa y sin grabar nada, es lo que tiene ser un novato en ello.

Listos para entrar

En su interior nos encontramos un hospital para peregrinos de la época,  construido en 1391 por el Abad Vaseo Pérez y dedicado a la Santísima Trinidad.
En la actualidad el uso que se le da es de Parador Nacional

Bajo el árbol de la sabiduría

Antes de subirnos en la moto y ponernos en carretera, Sonia me señala la bota y me dice, se me ha roto. Iturri, que pasa unos controles de calidad impresionante, el uso que se le ha dado a la bota son trayectos cortos y subida a la moto. imaginaros cuando esas botas las llevaban nuestros soldados a las misiones internacionales y se les deshacen como le pasó a Sonia.

Solución al problema, parar en el Decathlon de la entrada de Zamora y comprar unas botas de senderismo de las baratas para terminar el viaje.
Intenté reservar habitación en la Comandancia de la Guardia Civil pero lo hice con poco tiempo de antelación y tenían colgado el cartel de completo, así que buscamos un hotel por la ciudad y dimos con el Doña Urraca, calidad precio inmejorable y un trato muy agradable del chico de recepción.

Zamora es una localidad situada en la Ruta de la Plata y cuenta con 66.000 habitantes, una bonita, tranquila y pequeña ciudad pero grande en historia y cultura.
El gran río de Castilla, el Duero, preside la ciudad y es un icono turístico.

El Duero a su paso por Zamora.

La ciudad fue fundada por los romanos, "Ocellon Durii" (Ojos del Duero), en el camino que iba de Mérida a Astorga, cruzando el río por esta nueva ciudad.
Los musulmanes invadieron la ciudad a mediados del siglo VIII, llamándola de dos maneras, Azemur (olivar silvestre) y Semurah (ciudad de las turquesas).
Alfonso III el Magno la reconquistó en el año 893, amurallándola y convirtiéndola en una de las ciudades más importantes de Castilla. Enrique VI de Castilla le concede el título de "Muy Noble y Muy Leal".
Después de una pequeña siesta salimos a conocer la ciudad y cenar unas tapas con unas cervezas bien frías.
Fuimos hasta el Ayuntamiento viejo, edificio portificado y situado en la plaza Mayor. Tuvo funciones de ayuntamiento hasta 1950.

A pesar de su antigüedad, comenzó su construcción en el siglo XVII y de estilo plateresco. Fue restaurado en 1977 y en la actualidad alberga las dependencias de la policía local.
La catedral es la más pequeña y antigua de Castilla y León, declarada Monumento Nacional por la Real Orden del 5 de Septiembre de 1889.

Catedral de Zamora.

Su construcción fue financiada por Alfonso VII de León y se duda de su año de construcción pero se ha situado entre dos fechas 1151 y 1174.
El castillo fue mandado construir por Fernando I de León a mediados del siglo XI. De esta época quedan pocos restos. En la actualidad se conservan del castillo original su muralla y su foso.

Visitados los lugares de interés nos dispusimos a buscar un sitio para cenar mientras paseábamos dirección a la plaza Mayor. Nos decidimos por un una cervecería que hacía esquina en dicha plaza, entramos y nos sentamos en una pequeña barra que daba a la calle, mirando a los viandantes. La cena la hicimos de tapeo y nos reímos mucho, Chicote tendría para dos programas allí dentro, la cocinera peleando a gritos con el camarero de la terraza, la camarera de la barra peleando con la otra cocinera que se guardaba la comida en unos tuppers que llevaba en el bolso y le decía la camarera de la barra, espera a que cerremos que después falta comida. Después saltó el diferencial de potencia porque encendieron las dos freidoras y no lo soportó, vamos que una comida entretenida. Quitando lo anterior, cenamos muy muy bien y barato, recomendado.
Faltaba una copa para terminar la noche con un sobresaliente y allí que nos fuimos a buscar un pub con buena música. Al pasar por una calle escuchamos música y fuimos hacia ella como los ratones detrás del flautista de Hamelin.
La música era en vivo, en una plaza donde se encontraba el Gran Café Jalisco  y esa música en directo era un programa del ayuntamiento en colaboración con locales de restauración para animar las noches de verano, el nombre de dicho programa es "vente al fresco".
Nosotros pudimos disfrutar de la música de Fernando Maés, un cantautor salmantino que mezclaba sus canciones con las de los grupos pop de la movida de los 80.

¿Se puede estar mejor?

Terminado el concierto nos marchamos al hotel a descansar, al día siguiente aún nos quedarían 700 km y se preveía agua.
Temprano estuvimos en pie para dejar las maletas de la moto listas, bajar a la cafetería a desayunar y ponernos en marcha que el día sería duro, muchísima humedad y nublado.
Antes de llegar a Salamanca empezaron a caer las primeras gotas de agua, teniendo que aminorar bastante la velocidad por ser las primeras aguas que caían en meses y ya se sabe, pista de patinaje.
En Salamanca nos pusimos los chubasqueros y continuamos viaje. No nos llovió mucho pero eran buenos goterones y ya le sumamos la humedad y los chubasqueros, el viaje nos iba a machacar físicamente y no por los kilómetros.
Una buena tirada hasta el área de servicio Ambrós, grande y donde paran muchos viajeros para repostar, comer, descansar e ir al baño y ahí es donde no se les cae la cara de vergüenza tenerlos como los tienen con la cantidad de personas que pasan y no es culpa de los clientes.

Fijaros en la fecha

La mierda de la puerta no es de ese día

Antes de subir a Béjar nos adelantó un Ferrari que nos encontramos en el área de servicio.

Trío de ases

Íbamos con tiempo y le propuse a Sonia volver a Granadilla y hacer unas fotos para compartir en el blog ya que la primera vez que fuimos no existía el blog y ni estaba en mente.

Entrada a otra época

Granadilla es un pueblo fundado por los árabes en el siglo IX, siendo baluarte defensivo de la zona y paso obligado de la Ruta de la Plata original.
El pueblo fue desalojado por el acuerdo del consejo de Ministros del 24 de Junio de 1955 por ser declarado zona inundable a causa de la construcción de los embalses Gabriel y Galán.

El pueblo nunca llegó a inundarse y debido al difícil acceso al mismo, éste quedo abandonado dentro de sus murallas.

En 1980, Adolfo Suárez como presidente, la villa fue declarada Conjunto Histórico - Artístico y se comenzó en ese mismo año con su recuperación gracias a los proyectos de las Escuelas Talleres que durante los cursos se alojan en las viviendas rehabilitadas.

Terminada la visita nos dispusimos a prepararnos para seguir con el camino pero antes una foto a la moto delante de Granadilla.

Continuamos el viaje con más paradas de lo normal para reponer líquido y estirar las piernas, no teníamos prisa en llegar a casa, sólo hacerlo antes de que cerrase el Lidl y en verano aquí cierra a las 23:00 por lo que tiempo de sobra.
Terminado el viaje y terminado el verano. He tardado en escribir esta entrada por temas de trabajo y personales, siendo estos últimos los que me han frenado más a la hora de escribir.

Ya se está trabajando en alguna salida low cost de fin de semana completo que ha propuesto Jorgete para los dos próximos meses que estaremos sin surcar los mares.