El puerto de descanso de las maniobras Flotex era Almería, donde ya había preparado un par de rutas y conocer la zona. Ángel pidió permiso para poder embarcar las motos y allí estábamos todos el lunes por la mañana, ansiosos por la apertura de la puerta de costado y embarcarlas, bueno, todos noooo, Triky estaba de guardia el domingo, así que él esperaría desde el domingo.
En cada vigilancia bajaba a echarle un vistazo tanto a mi moto como a las de los colegas, ni a los motores les he dado tantas rondas.
Bien amarrada.
Parte de las motos embarcadas.
Tampoco había que preocuparse mucho, los compañeros contramaestres de guardia le echaban un vistazo por guardia y Andrés Cairón el de cargo bajaba cada mañana a revisar las trincas moto por moto, en mejores manos no iban a estar.
La noche antes de llegar a Almería tuve la vigilancia del alba y mirando en el blog el tráfico que había tenido, vi que entraban desde el blog del Capitán Salas, accedí al mismo desde el enlace que me indicaba y la sorpresa fue que era seguidor de Curvas y Recuerdos. Curioseando por su blog puede ver que era de Almería y acto seguido le envié un correo indicándole que esa misma mañana entrábamos en el puerto de su ciudad, invitándolo a una visita guiada por el barco.
Ya en puerto sacamos las motos a tierra, buscándole la poca sombra que había en todo el muelle, junto al muro de una cementera que nos puso las motos con dos dedos de polvo.
Las motos al fondo, en la única sombra.
Vista general del puerto.
Castillo de Almería.
El sábado habíamos quedado sobre las 8:30 para subir al puerto de Velefique y Bacares, temiendo que de todos los que íbamos al principio se cayera alguno ya que la noche anterior más de uno salió de fiesta pero grata fue mi sorpresa que sólo uno se quedó en cama destilando y omitiré el nombre del que se cernían los nubarrones negros alrededor de su cabeza... creo que con el último comentario lo he delatado.
En un principio Bruno y Galvín no iban a venir pero al adelantarse el relevo de la guardia se apuntaron a la ruta.
Los madrugadores en el muelle.
Paramos a repostar y sin demorarnos mucho fuimos buscando el desierto de Tabernas que es donde empezaba la carretera hacia Velefique. Antes de comenzar las curvas hacía falta un café para levantar presión y en la primera venta que vimos allí nos metimos sin pensarlo.
Carlos esperando su tostada.
Un café entre amigos
Terminado el café nos pusimos en marcha para subir al puerto de Velefique, al que denominan los Alpes españoles.
La subida había que hacerla tranquilamente para disfrutar del paisaje, a saber cuando se volverá por estos lares.
Un buen laberinto.
En un cruce cuando íbamos a comenzar a descender para Bacares nos indicaba un cartel el mirador de la Tetica y hacia allí nos dirigimos, a una altitud de 2080 metros y es el primer punto geodésico entre África y Europa junto con el Mulhacén en 1879.
En la actualidad es un punto de vigilancia para la detección de incendios forestales y la ubicación de varias antenas de telefonía, menos de Jazztel que yo no tenía cobertura.
Compañía inmejorable.
La altura se hacía notar a la hora de bajar, había que tomar la primera curva y se veía toda la extensión de terreno delante, el quitamiedo muy bajo y los atributos masculinos se subían solos, jajajajajajajaja.
Llegamos a la carretera principal y la tomamos dirección Bacares, no sin antes parar a beber agua y seguir a la cerveza deseada.
La parada para beber.
Después del trago de agua nos dirigimos a Bacares, una bajadas muy divertida con curvas que nada tenía que envidiar a la subida al puerto de Velefique.
Bacares es una localidad de 270 habitantes que durante los fenicios su principal sostenimiento era la explotación minera y durante la ocupación árabe continuaron con el mismo sostenimiento y de sus minas extrajeron hierro para forjar los cañones del Reino de Granada. Más tarde, todo el hierro del herraje de la catedral de Almería también se extrajo de sus minas.
No podía faltar la foto de la máquina.
Esperando la ansiada cerveza.
La foto de rigor.
Unos cuantos kilómetros juntos.
De Bacares ya fuimos directos hasta Almería, teníamos la comida de despedida de unos compañeros y no era adecuado presentarse con todos los atuendos de la moto.
Fuimos directos al barco pero mientras iba en moto veía que recibía un par de llamadas de un número desconocido y acto seguido un sms pero imposible desde la moto. Antes de entrar al puerto nos paramos a gastar el resto del bote que pusimos al principio y pude leer el mensaje, era del Capitán Salas, que el día anterior estuvo de visita en el barco y que esa tarde volvería con su mujer a visitarlo. Lo llamé y le expliqué que tenía una comida pero después de ésta estaría a su entera disposición. Quedamos en llamarnos por la tarde para fijar un punto donde quedar.
Toda la ruta del día está publicada en youtube:
Después de una buena comida con los compañeros recibí la llamada del Capitán para ir a visitar el barco. Quedamos en el restaurante y tomamos café allí antes de iniciar la visita.
Entramos al buque.
Atento a la explicación de la propulsión.
Buena pose.
Sólo agua.
Disfrutando de la cámara y la no ley seca.
Sólo en el cine.
Puente de gobierno.
Explicando la cubierta de vuelo.
Al fondo la 102.
Foto original.
Antes de terminar la visita, el Capitán se ofreció a guiarnos al día siguiente en nuestra ruta por el Cabo de Gata pero sólo él, su señora no vendría, después de toda la semana de trabajo se quedaría en casa a descansar.
Habíamos quedado a las 8:30 frente a la entrada al puerto para comenzar la ruta. El día despuntaba con fuerza, prometía calor como los anteriores, era lógico con la ola de calor que atravesaba toda la zona sur del país.
Fuimos directos a Cabo de Gata, no disponíamos de mucho tiempo ya que a la hora de comer teníamos que estar de vuelta en el barco para meter las motos y no perder el turno de la comida.
La primera parada la hicimos antes de bajar al faro y poder verlo desde la altura para fotografiarlo.
Faro del Cabo de Gata.
Carretera digna de seguir.
Justitos en el arcén.
Mejor pose imposible.
Hechas las fotos de rigor continuamos bajando hasta el faro, hasta el fin de la carretera y admirar de cerca sus aguas cristalinas.
Foto de rigor de la niña.
Buena altura de la carretera.
Volvimos haciendo ruta por la playa de los negros, disfrutando de unos paisajes poco usuales entre nosotros y de calor, mucha calor. Yo un poco asustado por ir justo de gasolina y no tener aún enchufados los cables de la reserva.
Un fastidio el tener que regresar pronto al barco, sin darnos la oportunidad de comer por esa zona de la costa almeriense.
El Capitán nos guió hasta la misma puerta del puerto, despidiéndonos de él y prometiéndonos que la próxima rodada sería por tierras gaditanas.
Toda la ruta del día publicada en youtube:
Agradecer al Capitán Salas el tiempo que nos dedicó al enseñarnos parte de su costa y junto con su mujer la visita al barco. Ya saben que están invitados a Cádiz cuando tengan unos días libres y el fiera se recupere de la operación de rodilla.
Le doy las gracias a todos mis compañeros de rodada en estos dos días que han hecho que me quede con el gusanillo de volver por estas tierras y seguro que alguno de ellos vendrán junto a mi rueda.