miércoles, 13 de diciembre de 2017

Riotinto. Diciembre 2017.

Ya estamos de vuelta otra vez en carretera, esta vez la ruta sería hasta las minas de Riotinto, desde que pasamos Jorgete y yo después del desafío camino de Cortelazor nos quedó el gusanillo de visitarlas pero en esta ocasión Jorgete se caía, así que tendremos que repetirla por esa razón y porque nos entretuvimos mucho en la ida que llegamos tarde y sólo nos dio para un café y unas fotos desde el mirador de la mina.
Retrasamos la hora de salida de la ruta porque Triki estaba saliente de guardia y no le daba tiempo de ir a casa a por la moto. Pasadas las 10 de la mañana nos poníamos en marcha dirección el Paisano que allí nos esperaba MJ desayunando.
El día anterior salí de ruta con José Dima y Paco Verdugo por la zona de Castellar de la Frontera y en la subida al castillo me percaté la fuga en el colector de escape, otra vez la junta del cilindro trasero, una chorrada pero hizo que llevase una buena escandalera.
Llegamos al Paisano con bastante demora de la hora fijada como MJ pero allí nos esperaba ella como siempre, con una gran sonrisa en la boca pero sin una mesa ocupada para nosotros y aquello estaba de bote en bote por la cesta de Navidad.
Pedimos todos los mismo, molletes con jamón y café con leche, ahhh, nooo, Paco es especial y pidió su rebanada de pan.

El jamón que no falte.
Con las participaciones compradas y el buche lleno nos pusimos en marcha dirección al embarcadero para cruzar el Guadalquivir pero antes paramos porque notaba que tenía un tornillo del casco flojo y coincidió con un chico que se había salido de la carretera y nos acercamos a preguntarle si necesitaba ayuda.

Sólo daños materiales.
Cruzamos los Palacios y por fin llegamos al embarcadero que aunque lucía el sol, íbamos pasando frío.

A la espera del embarque.
La barcaza no tardó en llegar, en un momento estábamos con las motos dentro y cruzando el río.




Una vez en tierra nos dirigimos a cruzar el Coto de Doñana para ir buscando la sierra de Huelva pero antes tuvimos que hacer una parada para buscar cobertura y llamar al Jefe, tenía unas llamadas perdidas por temas laborales.

Está cara la cobertura...
Aclarados los temas laborales volvimos a la carretera, pasando un tramo de pista en la cual yo disfruté pero el resto se estaban acordando de mis castas, jajajajajajajja.
La comida era de bocata pero el único que hizo los deberes fue Triki y traía una barra rellena con jamón cocido, ensalada y mayonesa, llegó tarde por la guardia y por la pedazo de flauta que metió en el baúl.
Paramos en la Palma del Condado a comprar los bocatas y justo frente donde lo compramos había una plazoleta donde calentaba el sol y allí nos acomodamos a devorar pan.

Impaciente por comer.

Campamento montado.
La próxima parada para el café la haríamos en Riotinto pero aún nos quedaba lo bueno, las curvas de subida a Berrocal que ahí si que disfrutamos todos de lo lindo, cada uno a su ritmo pero disfrutando de la carretera y paisajes.
Pasado Berrocal pasamos por una carretera bastante complicada, estaban asfaltándola y todos los kilómetros de carretera llenos de gravilla, por lo tanto que despacito y con buena letra.
La hora de llegada a Riotinto no invitaba a hacer turismo, tomamos café a la entrada del pueblo donde María Océ ligó con el camarero y le ofreció montarle un piso con cortinas junto al Ayuntamiento.


En breve anochecería y sólo nos dio para repostar y subir al mirador de las minas, dejando el resto del atractivo turístico para otro día en el que no nos demorásemos mucho en la ida, así que para la próxima salimos un poco antes y directos al pueblo.




No se pueden sacar del pueblo.





El camino de vuelta sin parar lasta la Venta del Alto, en la cual tomamos algo para entrar en calor y despedirnos de María Océ que ya en teoría no pararíamos más pero a la altura de Santiponce tuvimos que hacerla por razones técnicas, Mario iba con la matrícula colgando.
Entre Triki que lleva de todo y los nudos de Paco, Mario tiene matrícula para unos cuantos años.

Gitaaaaano.
El frío lo notábamos bastante y encima mis puños no calentaban, habrá que echarle un vistazo como a la piña de las luces que cogió un poco de humedad y cuando ponía la larga me costaba mucho quitarla, Mario venía detrás y cada vez que intentaba quitar la larga, encendía los cuatro intermitentes, el derecho, el izquierdo, vamos una feria.
Como siempre antes de escribir en el blog pongo el montaje de la ruta youtube pero aquí dejo el enlace para que podáis entrar directos.


Ahora con las Navidades de por medio tendremos un pequeño parón para las dos ruedas e ir preparando el Desafío 2018 que este año según las malas lenguas nos van a llevar por Granada y Almería.
Os deseo a todos unas Felices Fiestas y Próspero Año Nuevo, que tengáis suerte en el segundo premio de la lotería de Navidad porque el primero me lo reservan a mi, jajajajajajjaja.



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